miércoles, 17 de junio de 2015

EL ATRACO Y SECUESTRO DE MIGUEL SÁNCHEZ-DALP EN LA RINCONADA Y SUS TRÁGICAS E INJUSTAS CONSECUENCIAS

REPERCUSIONES DE LA GUERRILLA ANTIFASCISTA EN LA VEGA MEDIA DEL GUADALQUIVIR

Para escribir este relato, recogido íntegramente en DE LA CLANDESTINIDAD A LA LIBERTAD CONQUISTADA, pp. 188-193, he tenido en cuenta los datos fundamentales aportados por el sumario de la Causa 863/1941, Legajo 1219 nº 31019 en el ATMTS-SE. En esta publicación se hace un resumen, bastante extenso, del mismo.

En el municipio de La Rinconada, fue atracado y secuestrado Miguel Sánchez-Dalp y Calonge, primer terrateniente de La Rinconada y de Alcalá del Río, conde de Las Torres de Sánchez-Dalp, cerca de Chaparrales (entre Chapatales y el Candelero), por un grupo de “fugitivos rojos”, tal como reconoce la sentencia en la que se condena a muerte, precipitadamente, porque había que dar un castigo ejemplar, a Francisco Márquez Román y Augusto Méndez Alves, el Portugués, por tal robo y secuestro, del que los autores, según los informes contenidos en el sumario de la causa, obtuvieron 206.000 ptas y algunos objetos personales del conde.
El atraco se produjo la tarde del jueves, día 10 de julio de 1941, cuando el coche de Sánchez-Dalp, conducido por Francisco Uribe, se dirigía al cortijo de Casaluenga, cerca de Cartuja. Según el relato del Juez Instructor (informe del día 14 de julio), cuatro individuos lo abordaron y le exigieron el dinero que llevaba. Les dio 3.000 ptas, pero no conformes, lo sacaron del coche, ocasionándole “erosiones en la cara con un rifle”, y le robaron otras 3.000 ptas., un reloj y los gemelos. Mientras todo esto ocurre Francisco Márquez, según el mismo informe, estaba vigilando entre los olivos, pero nadie lo vio... Acto seguido llevaron a Sánchez-Dalp a un olivar más retirado, donde lo amenazaron y consiguieron que Sánchez-Dalp escribiese una nota para su encargado Antonio Cartaya, en la que le pedía, sin que dijera nada a nadie, que le mandara 200.000 ptas. 
Un cortijo del municipio de La Rinconada

El chofer fue el encargado de llevar la nota al citado cortijo. En el camino recogió a Augusto Méndez (por lo que durante los hechos estaba en el cortijo) y a otro, que habían sido mandados por el encargado de la finca a buscar a Sánchez-Dalp, pues le extrañaba que el conde tardara tanto. El encargado, una vez recibida la nota, se trasladó a Sevilla en el coche conducido por Francisco Uribe para darla a conocer a los sobrinos de Sánchez-Dalp, Miguel y Javier, los cuales se lo comunicaron a la esposa del secuestrado, Mª Ángeles Marañón Lavín. Prepararon el dinero en billetes de 1.000, cuya numeración, según el citado informe, fue tomada por la policía (sin que se sepa cuando lo hicieron, pues el atraco fue denunciado cuando el conde ya estaba liberado). Se lo dieron al chofer, el cual entregó el dinero a los secuestradores. Estos le indicaron donde habían dejado al conde. Le dieron 10.000 ptas. al chofer y se repartieron el dinero allí mismo, a razón de 42.000 ptas. cada uno, dejando 12.000 para Márquez, 9.000 para Augusto y 1.000 para Fernanda Román Llanos, madre de Márquez, que llevaron a Chaparrales, donde vivían. Según el Juez Instructor, Francisco Márquez dio otras 2.000 ptas. a Soledad, su hermana y esposa de Augusto, y otras 1.000 para remitir 500 ptas. a un hermano (Antonio) “que estaba en la Penitenciaria Militar de Dos Hermanas”.1
Los supuestos secuestradores (llamados en el atestado el Gaspar, el Moreno, el Paco y el Pepe) no sabían que Sánchez-Dalp, que habían dejado con los pies atados, amordazado y con las manos atadas a la espalda en una casilla cercana, se había desatado “pasada media hora y viendo que no lo vigilaban”, según consta en su propia declaración, y había llegado a Casaluenga, donde encontró al Alcalde de La Rinconada, José Espina, y al Comandante de Puesto. Lo trasladaron a Sevilla, pero sus sobrinos ya habían entregado el dinero al chofer. Fue entonces cuando puso la denuncia (hacia las tres de la madrugada del día 11) y fue a la Casa de Socorro para que le vieran las heridas de la cara. Terminaba su declaración diciendo que “no conoce a ninguno, y que se ha enterado que han detenido a un trabajador suyo, Augusto Méndez Alves, al que le dieron 9.000 ptas y las escondió al pie de un olivo, y a otro”.
En la declaración del chofer, Francisco Uribe, aparece que uno de los secuestradores le dijo: “el Conde se queda aquí hasta que recibamos el dinero, porque lo necesita nuestra organización, y si lo dejamos marchar y perdemos el dinero, la organización nos mataría a todos”.Estas palabras no vuelven a mencionarse en todo el sumario.
La detención de Francisco Márquez Román ocurrió, según la policía sevillana, al día siguiente, en Sevilla. El informe redactado por la policia dice que se había ido de compras con su hermana Soledad (como si nada hubiese ocurrido, digo yo). Compró en la calle Puente y Pellón, cerca de la Plaza la Encarnación: calzado, varias camisas, varios pares de calcetines, un traje, tres corbatas y una bicicleta. Cuando compró la bicicleta le dijo al comerciante que se la guardara, que volvería pronto por ella. En ese momento el comerciante llamó a la policía, que comprueba la numeración del billete2 y lo esperó. Cuando volvió, ya sin su hermana, lo detuvieron, encontrándole (curiosamente) 440 ptas en billetes rojos3 de circulación prohibida y 4.000 ptas en billetes (de los del secuestro) y otras 1.078 de las vueltas de lo comprado, así como dos carteras de piel, un reloj de pulsera, fotografías y otros papeles... Antes de ir de compras habían estado en Alcalá de Guadaira (no se sabe para qué). La policía manifiesta que “había sido debidamente interrogado” (ya se sabe lo que eso significaba: le habían pegado hasta decir lo que ellos querían).
Una vez detenido Francisco, lo fueron también: Augusto, acusado de haber dado información a los secuestradores de los movimientos de Sánchez-Dalp, aunque reconocían que no intervino directamente4; Fernanda, por haber “lavado un salvoconducto a Cádiz y Málaga” que supuestamente tenía su hijo, a petición de éste, y haber recibido dinero; Soledad, por recibir dinero de Francisco Márquez, y María, también hermana de Francisco, que vivía en Portugalete (Barriada de San José), a la que su madre (Fernanda) pidió que guardara las 1.000 ptas que le habían dado, “al enterarse de las gestiones hechas por la Policía”. Todas las declaraciones personales tienen fecha del sábado, día 12 de julio, incluidas las del chófer, el conde, el capataz, los sobrinos, etc. (Los policías trabajaron a destajo...)
Posteriormente, el día 16 de julio, el Fiscal puso en libertad a María Márquez y elevaba a plenario su informe final, exponiendo que eran cinco los atracadores. De cuatro se pasaba a cinco secuestradores, y lo mismo ocurría con las armas, que en un principios eran un rifle, una escopeta y dos pistolas, pero que de pronto eran un rifle, una escopeta y tres pistolas... Todo llevaba a acusar a Francisco Márquez de participación directa en el atraco-secuestro. Sin embargo, en la propia sentencia, aunque dice (y repite) que Miguel Sánchez-Dalp fue asaltado por cinco individuos (Márquez y los otros cuatro), al final de la exposición de los hechos se puede leer, después de un punto y coma, lo siguiente: “apareciendo de lo ac­tuado que en los hechos que antecede el Francisco Márquez permaneció de vigilancia para evitar que fueran sorprendidos”. (O sea, nadie lo vio..., pero estaba presente, según el Juez, y no había más discusión).

En las próximas entradas: LAS CONSECUENCIAS DEL ATRACO.
 
1. Lo insólito es que para entregar este dinero a la familia Márquez y a Augusto tuvieron que volver a Chaparrales, es decir, caminaron 10 km hacia atrás, alejándose de Sevilla, a donde tuvieron que volver, pues el día 15, según la policía, cogieron un taxi en dirección a Málaga.
2. La principal prueba de su participación directa fue que tuviera (eso fue lo que dijo la policía) billetes cuyos números coincidían con los registrados por la policía, pero ¿cuando tomó la policía la numeración de los billetes, si éstos fueron entregados al chofer bien entrada la noche y no pudo intervenir antes de las tres de la madrugada, hora de la denuncia de Miguel Sánchez-Dalp en comisaría. Además, el dinero no salió de ningún banco: estaba ya en casa de los Sánchez-Dalp y lo entregó su esposa. ¿Cómo lo sabía el comerciante, con tan pocas horas de diferencia? Debemos recordar que no había móviles u otros instrumentos de rápida comunicación.
3. Algo bastante difícil, porque en 1938, en plena Guerra Civil, un decreto del Ministerio de Hacienda del gobierno franquista, con sede en Burgos, ordenó la prohibición de “la tenencia de papel moneda puesto en curso por el enemigo”. Los franquistas se incautaron, en virtud de este decreto, 3.560 millones de pesetas de la época, que no devolvieron jamás.
4. De los informes y declaraciones se deduce que Augusto Méndez era amigo de “Gaspar” y ambos de Victoriano Raja­do, un rojo, muerto por disparos de la Guardia Civil cerca de San José de la Rinconada; que “Gaspar” estuvo merodeando por el municipio de La Rinconada antes de la muerte de Victoriano (enero de 1941), pero se fue a Málaga, y que cuando volvió y se enteró de la muerte de Victoriano, marchó a la sierra... Regresó a los dos o tres meses y propuso a Méndez el atraco, éste se negó, pero, según la Guardia Civil, le presentó a Francisco Márquez y le dio información valiosa a los secuestradores.

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